No voy a negar que hace años, cuando vivía de alquiler, siempre soñé con domotizar mi hogar. Pero a lo bestia: todo tipo de automatismos, sensores, cámaras... Me propuse no meterme en el asunto hasta no poseer casa en propiedad (por cuestiones de dinero y tiempo), y cuando llegó ese día... qué feliz fui. De hecho, empecé poco a poco, porque ni yo mismo sabía qué podía hacer, o cómo. Con los años, y después de mucho investigar, puedo decir que tengo un hogar domotizado, y no veas como presumo con las visitas. Persianas que se cierran solas, luces que se encienden al sentir movimiento, calefacción que se enciende cuando hace demasiado frío... Son tonterías, que en conjunto, hacen que te sientas en una casa futurista.
En muchas ocasiones he tratado de transmitir mi entusiasmo a amigos y conocidos, pero aunque se maravillan por las posibilidades, suelen tener miedo. "No me veo capaz", o "yo no sé programar", suelen ser excusas que oigo a menudo. Y claro, no me creen cuando les digo que, si bien es verdad que hay cosas que tienen cierta complejidad, es más fácil de lo que parece hoy en día.
En esta guía quiero abordar varios cacharros y posibilidades con las que empezar en esto de la domótica, sobre todo para permitir al lector soñar con todo lo que podría lograr. Iré actualizando el artículo poco a poco,y a su vez, iré linkando nuevos artículos más profundos, entrando en materia de cómo lograr cada objetivo. Espero que con este texto, logre que más gente se anime a meter cabeza en esto de la domótica.
Cada vez es más típico tener en casa mil cachivaches con su respectiva app: que si luces LED, calefactores, aires acondicionados, cámaras, aspiradoras... ¿os imagináis tenerlo todo controlado mediante una única app? ¿Y todo interconectado entre ello mediante automatismos? Pues se puede, y en los tiempos que corren, es la mar de cómodo.
Hay mucho software enfocado a la domótica, y plataformas totalmente válidas, como pueden ser Alexa, Google Home o HomeKit, pero si de verdad queremos desplegar todo el potencial de nuestro hogar, Home Assistant es la elección más acertada.
Home Assistant es un software libre y gratuito que nos permite domotizar totalmente nuestro hogar. Cada vez está más extendido, y su compatibilidad y capacidades crece día a día. Además, una gran ventaja (o pequeña desventaja, según como se vea) es que no se ejecuta en la nube, sino en un algún dispositivo de nuestra casa, así que en términos de privacidad es muy seguro.
Podemos instalar Home Assistant en multitud de dispositivos. En esencia, para las más neófitos, debemos disponer de algún aparato donde podamos instalar el programa. Hay soluciones más especializadas, como en NAS, servidores (como es mi caso, mediante Docker), pero también hay posibilidades más sencillas, como instalarlo en una Raspberry o incluso dispositivos específicos fabricados por la propia gente de Home Assistant.
Dicho mal y pronto: entrar en este mundillo está hecho a prueba de idiotas. Los desarrolladores de Home Assistant han lanzado al mercado una serie de dispositivos ya con Home Assistant integrado, que es enchufar y empezar a usarlo sin problemas. El modelo Green es el más barato, rondando los 100€, mientras que el modelo Yellow es algo más caro pero cuenta con extras, como conectividad Zigbee (que es como se conectan la mayoría de aparatos domóticos).
Mi experiencia con Green y Yellow es limitada (aunque prometo investigar a fondo en el futuro), y creo que están orientados a personas que quieran meterse en esto pero no tengan intención de profundizar demasiado. Sinceramente, soy más partícipe de otro tipo de soluciones, pero para aquellos que no quieran complicarse la vida, puede ser un camino totalmente válido.
¿El problema? No parece ser fácil de comprar desde España, al menos a precio decente.
Una manera típica de empezar en este mundillo es mediante una Raspberry. Para los más desconocedores del tema, Raspberry son unos mini ordenadores usados sobre todo en pequeños proyectos. La gracia originalmente era su precio (era conocido como el ordenador de los 25 dólares), pero conforme ha pasado el tiempo, la idea se ha ido distorsionando y hoy día son aparatos mucho más caros... y potentes.
Aun así, son una opción muy válida, ya que no es necesario optar por uno de los modelos más potentes (y caros). Una Raspberry Pi 3, que ronda los 50 euros, puede hacernos el apaño totalmente. Eso sí, habrá que añadir una serie de accesorios para hacerla funcional, como una fuente de alimentación válida, o una tarjeta SD.
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Por otro lado, hoy en día están de moda los "mini ordenadores", pequeños PCs pensados sobre todo para usar como centros multimedia, y que pueden ser una opción muy a tener en cuenta para instalar Home Assistant. La ventaja es que suelen ser más potentes que una Raspberry, y viene ya con todo lo necesario, como es un disco duro o fuente de alimentación. Pueden conseguirse a partir de los 100 euros.
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En los próximos días, prepararé un pequeño tutorial sobre algunos de estos dispositivos y cómo instalar Home Assistant en ellos.
Ya si queremos rizar el rizo, existen opciones muy chulas para este fin. Aquellos que dispongan de un NAS en casa (discos duros conectados a la red), pueden ver si su dispositivo es compatible con Home Assistant e instalarlo ahí.
Para usuarios más avanzados, la manera más pro de lograr nuestro objetivo es mediante un servidor casero. Las opciones aquí se multiplican. Podemos usar desde un simple PC convertido en servidor, a un auténtico hardware server con más de 20 hilos y sus correspondientes servicios virtuales.
En mi caso, mi servidor casero es un PC normal y corriente con la salvedad de que no tiene la clásica fuente de alimentación, sino que usé PicoPSU, una placa especializada en bajo consumo y que es más eficiente que la típica fuente de PC. En su interior, tengo una CPU que consume poco (Athlon 3000G), y 3 discos duros de 4TB, además de un SSD de 250GB. Sin contar los discos duros (que cuestan unos 100 euros cada uno), me dejé entre 150 y 200 euros en el invento, pero cabe destacar que Home Assistant es solo uno de las múltiples servicios que tengo corriendo en mi máquina, y que lo uso para muchas cosas más.
En definitiva, no recomiendo a nadie interesado en domótica iniciarse con estos dispositivos, y son solo para personas que ya tengan cierto recorrido (en el caso del servidor casero) o que cuenten con soluciones NAS para sus archivos. Si te interesa la domótica y/o te gusta cacharrear pero eres nuevo en esto, la solución más acertada es una Raspberry o un mini PC.